
En septiembre se llevará a cabo una subasta que promete captar la atención de los fanáticos de los autos clásicos (entre los que me incluyo), ya que casi 300 vehículos del Klairmont Kollections Automotive Museum serán puestos a la venta sin precio mínimo. El museo, ubicado en Chicago, Estados Unidos, cerrará sus puertas de forma permanente, por lo que todos los vehículos serán rematados, incluyendo autos clásicos, conceptuales y piezas únicas que rara vez se ven reunidas en un solo lugar.
La colección es tan ecléctica como interesante, y va desde una carroza fúnebre tirada por caballos hasta un Dodge Magnum SRT-8 del 2006. También destacan modelos poco comunes como el Goggomobil Dart Roadster de 1959 y varios vehículos de la marca American Bantam.
Sin embargo, la joya de la corona es el Dodge Turbo Charger Concept, un prototipo que luce mucho más estilizado que el modelo de producción que lo sucedió. Este coupé fue diseñado con un enfoque aerodinámico, incorporando una parte frontal más afilada, faros ocultos, puertas tipo "alas de gaviota" y ruedas traseras cubiertas. La parte trasera remata con un alerón prominente y un difusor ancho que refuerza su aspecto deportivo.
El interior del prototipo no se queda atrás en cuanto a extravagancia. El tablero aloja 11 indicadores analógicos que se extienden de lado a lado. En línea con su carácter de alto rendimiento, también cuenta con una jaula antivuelco, asientos Recaro, cinturones de seguridad RJS y una transmisión manual de cinco velocidades.
Debajo del cofre se encuentra un motor turboalimentado de cuatro cilindros y 2.2 litros que anticipaba al motor de producción. Esta mecánica fue capaz de generar 142 hp y 160 lb-pie de torque, cifras notables para su época. A esto se suma una suspensión modificada con amortiguadores especiales, resortes reforzados y barras estabilizadoras diseñadas para uso de pista.
Este prototipo fue utilizado como pace car en la PPG Indy Car World Series a inicios de los años 80 y también fue exhibido en los Auto Shows de Detroit y Chicago de 1982. Será la casa de subastas Mecum la encargada de rematarlo, junto con el resto de esta singular colección que podría atraer a coleccionistas, museos y apasionados por el diseño automotriz retrofuturista.
¿Te gustaría ser el próximo dueño del Dodge Charger más aerodinámico y extraño de la historia? Solo considera que al no haber un precio de partida fijo, este auto podría alcanzar una suma bastante elevada.